Decidir sobre el Mercado de Santa Fe
El edificio del antiguo Mercado de Santa Fe está protegido por el planeamiento urbanístico de Huelva desde hace muchos años y ello no ha impedido, sin embargo, su evidente falta de conservación. Ahora se promueve su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), iniciativa que refuerza el reconocimiento de su valor arquitectónico y para la memoria colectiva de la ciudad.
Pero el mantenimiento de las buenas condiciones de este edificio, o de cualquier otro, depende de las políticas de conservación y puesta en valor que las administraciones competentes lleven a cabo dentro del plan de sostenimiento del patrimonio social y cultural de la ciudad, sea de titularidad pública o privada. Y ya hemos visto que este plan ha sido inexistente durante las últimas décadas, probándolo el deficiente estado de conservación de edificios como el Mercado de Santa Fe, la antigua Cárcel, el Colegio de Ferroviarios, el Banco de España, la antigua Hacienda, el Muelle de Tharsis, conjuntos urbanos como el Barrio Obrero o los ya escasos vestigios de la arquitectura burguesa de los siglos XIX y XX. Una ciudad en la que se ha apostado por la sustitución poco rigurosa en lugar de la rehabilitación inteligente, provocando con ello la pérdida de muchos edificios que sostenían la identidad urbana y la imagen colectiva de Huelva.
La recuperación del Mercado de Santa Fe pasa por integrarlo dentro de un proyecto de ciudad en el que cada uno de sus espacios, construidos o libres, forme parte de un conjunto, de una red que equilibre centro y periferias. El papel de cada espacio habría de entenderse no sólo desde su individualidad, sino también en la medida en que contribuya al mencionado proyecto de ciudad y para ello se hace indispensable definir previamente cuál es la identidad de Huelva. Temas como su patrimonio arqueológico, natural (cabezos, salinas), industrial, inmaterial, las expresiones plásticas, literarias y musicales, el legado inglés (arquitectura, deporte) o las vanguardias de los siglos XX y XXI formarán parte del debate.
Las administraciones han de tener en cuenta, de lo contrario que los ciudadanos se lo demanden, que la sociedad en su conjunto debe asumir un papel fundamental en este proyecto y por ello han de abrirse canales de comunicación en ambos sentidos, dando entrada a la participación en la toma de decisiones. Si somos capaces de responder a estas cuestiones, administraciones y ciudadanía en conjunto, no tendremos demasiadas dificultades en decidir el destino no sólo del Mercado de Santa Fe, sino del resto de los espacios de la ciudad, existentes o de nueva creación, dentro de una armonía de decisiones.
La performance que sobre el Mercado de Santa Fe organizó periferias el pasado 30 de octubre de 2015, propiciando la simbólica apropiación ciudadana del edificio mediante su envoltorio en celofán, indicó ya este camino.
En todo caso, cada edificio, cada espacio, necesita su análisis específico. El Mercado de Santa Fe tiene una gran presencia en la memoria, visual y afectiva, de la ciudadanía. La intervención sobre este edificio debería ser pues cautelosa, teniendo en cuenta los valores emocionales y las aspiraciones que la sociedad tiene sobre él. Y éstas son cuestiones que sólo por medio de un proceso participativo pueden ponerse de manifiesto. La claridad de su arquitectura, el simbolismo de su espacio interior, las adecuadas escala y presencia urbanas, su estrecha relación con los espacios urbanos de La Piterilla, plaza Dos de Mayo y Paseo de Santa Fe, y su honda huella en la memoria ciudadana ayudarán, además, a ello.
Será la dinámica que hemos propuesto en las líneas anteriores la que terminará por decidir de la mejor manera posible el destino de los distintos espacios que conforman nuestra ciudad.
Huelva, 6 de febrero de 2016 © periferias plataforma de cultura y sociedad
Fuente de las imágenes: Fig. 1. de Navascués, A. (1992): Ideas para una ciudad en revisión, COAH, p. 61. Fig. 2. periferias (2016)
JOAQUINA ME AGRADARIA CAMBIAR IMPRESIONES SOBRE EL TEMA.CUANDO QUIERAS CHARLAMOS.